José Rafael López Padrino
Decir la verdad es siempre revolucionario Antonio Gramsci
Tuesday, April 2, 2024
Fantasías y Realidades: El Realismo Mágico Electoral
Wednesday, March 20, 2024
Oppenheimer: una víctima emblemática del macartismo
El término "macartismo" se origina del apellido del senador republicano Joseph McCarthy (1908-1957), quien desencadenó una frenética campaña anticomunista en los Estados Unidos (EE. UU.) en la década de los 50. Esta época oscura se caracterizó por intimidaciones, acusaciones infundadas y audiencias públicas sin garantías procesales, donde se perseguía a todo aquel sospechoso de simpatizar o ser comunista. Miles de ciudadanos, incluidos destacados científicos como Oppenheimer, Papanek, Kamin, Solomon, así como artistas de renombre como Chaplin, Welles, Cole, Trumbo, Koch, Meyers, Hellman, Goldfrank y muchos otros, fueron acusados y, en muchos casos, encarcelados. Además, cientos de educadores, activistas de los derechos civiles, periodistas, líderes laborales y trabajadores también fueron objeto de persecución durante ese período tenebroso de la historia estadounidense. Recientemente, la vida de una de las víctimas de la vorágine macartista, Robert Oppenheimer fue representada de manera dramática y cautivadora en la película que lleva su nombre, la cual recibió 7 premios de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas del país del norte, incluyendo el premio a la mejor película.
Oppenheimer, fue un eminente físico estadounidense conocido como el "padre de la bomba atómica" por su papel fundamental en el desarrollo de armas nucleares en los Estados Unidos (EE. UU.). Fue el director del proyecto Manhattan, equipo que desarrolló exitosamente la primera bomba atómica, la cual fue detonada en el desierto de Nuevo México el 16 de julio de 1945, un mes antes de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki al final de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, Oppenheimer fue investigado por el Buró Federal de Investigaciones (FBI) durante ese período de caza de brujas debido a la relación de su esposa y su hermano con el Partido Comunista de EE. UU., su apoyo al gobierno electo de la Segunda República española y su defensa de la sindicalización de sus colegas universitarios. Además, se opuso al desarrollo de la bomba de hidrógeno por parte de EE. UU. Oppenheimer, además, fue incluido por el FBI en el Índice de Detención Preventiva, una lista en la que figuraban todas aquellas personas que, en caso de emergencia nacional, debían ser arrestada. A pesar de que las acusaciones contra Oppenheimer no fueron verificadas, se le revocaron todas las acreditaciones de seguridad y fue destituido de su cargo en la Comisión de Energía Atómica de los Estados Unidos. Fue públicamente humillado y forzado a separarse de su carrera científica y del mundo que tanto había contribuido a construir.
Sin embargo, el macartismo aún persiste, no es un fenómeno relegado al pasado. La polarización política en Latinoamérica, especialmente en Venezuela, ha dado lugar al resurgimiento de una forma de censura intelectual y exclusión que encarna al macartismo del pasado. La influencia negativa de esta perversa narrativa también se ha extendido a las academias, donde se excluye a quienes son identificados como "socialistas-comunistas", (por favor no confundir con la farsa ideológica del chaveco-madurismo). Esta etiqueta política estigmatizante ha conllevado a la desacreditación, el veto y la exclusión de investigadores sin considerar sus logros académicos y científicos. Se les cataloga, de manera extraoficial (off-the-record), como sujetos "controversiales", "beligerantes" y "conflictivos", sin que se prive una evaluación objetiva de su trabajo académico y científico. El problema no es científico, sino político e ideológico.
La ciencia debe ser un espacio donde se privilegie la búsqueda de la verdad y el intercambio de ideas, sin temor a exclusiones basadas en consideraciones políticas o ideológicas.
Friday, March 8, 2024
Feliz día de la mujer
Feliz día de la mujer, constructoras de la vida y símbolo de lucha. Libertad para todas las prisioneras políticas.
Thursday, March 7, 2024
El terror como política de Estado
Durante los últimos años, el miedo y el terror masivo han sido factores muy importantes en la política de Estado impuesta por Miraflores. El objetivo ha sido aplastar toda expresión de inconformidad del pueblo y consolidar el proyecto bolivariano.
El terror y el discurso de odio han sido dos piezas fundamentales en la política de Estado impulsada por el social-fascismo Bolivariano. Terrorismo estatal que se ha manifestado en la negación de las garantías y derechos individuales y colectivos, la trasgresión sistemática de los derechos humanos (tortura, desapariciones, ejecuciones extrajudiciales, etc.,), la utilización de toda la infraestructura del estado (leyes, jueces, FAN, y policías) a fin doblegar y acallar la protesta popular. Ello sin olvidar el alto índice de impunidad en crímenes y masacres cometidos desde el mismo Estado en los que han participado de manera directa o indirecta integrantes de la FAN y agentes de los cuerpos represivos del Estado. Terrorismo estatal que ha contado además con la participación de grupos paramilitares (colectivos) los cuales han sido utilizada con frecuencia como fuerza auxiliar para siembran el terror y asesinar a miembros de la disidencia.
Ejemplos paradigmáticos recientes del terrorismo estatal bolivariano han sido las detenciones de coordinadores políticos del partido Vente Venezuela, de la defensora de los derechos humanos Rocío San Miguel, su hija y miembros cercanos de su entorno familiar. La decisión de Miraflores de prohibir y expulsar del país a los trabajadores de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Igualmente, la elaboración y puesta en discusión de la Ley de Fiscalización, Regularización, Actuación y Financiamiento de las Organizaciones No Gubernamentales y Afines para regular el funcionamiento de las ONG en el país. Proyecto el cual ha sido ampliamente rechazado por los defensores de los derechos ciudadanos por considerar que con la aprobación de dicha ley se profundizará el autoritarismo y la represión.
En el marco de este sangriento terrorismo de Estado decenas de lideres estudiantiles, sindicales y sociales han sido detenidos, torturados y algunos asesinados. Muchos de ellos configurados como crímenes de lesa humanidad (Artículo 7 del Estatuto de la Corte Penal Internacional) ante la total complicidad de un fiscal general de la nación quien responde a los dictamines del inquilino del Palacio de Misia Jacinta. En tal sentido, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet señaló la necesidad de garantizar investigaciones exhaustivas y efectivas y el enjuiciamiento de los involucraos en los casos de violaciones de los derechos humanos. Más recientemente la Corte Internacional de Justicia decidió proseguir sus investigaciones contra el gobierno de Venezuela por posibles crímenes de lesa humanidad.
Ideológicamente el social-fascismo bolivariano no representa ningún proyecto inscrito como una alternativa al capitalismo. Este batiburrillo personifica una colección de contradicciones políticas y económicas irresolubles y de aberraciones doctrinarias, pero que hábilmente secuestró una retórica y épica revolucionaria las cuales ha utilizado para justificar sus retorcidas prácticas
Debajo de la epidermis del socialismo mesiánico del Tte. coronel se esconde un opresivo, y explotador capitalismo de Estado militarizado. Colcha de retazos que exalta la diversidad, pero homogeneiza políticamente a la sociedad. Rinde culto a los “derechos humanos”, pero promueve la tortura y la muerte. Elogia a la democracia, pero profundiza el autoritarismo. Pregona la tolerancia, pero instauran el sectarismo. Defiende la libertad, pero judicializan el pensamiento disidente.
Este revoltijo medieval dista mucho de las aspiraciones igualitarias y libertarias de quienes desde diferentes trincheras buscamos un verdadero cambio social.
Tuesday, February 13, 2024
La furia bolivariana: un plan facho de odio y represión
El régimen de Nicolás Maduro ha instado a sus seguidores a responder ante un presunto plan golpista con lo que denominan furia bolivariana, estrategia de marcado corte fascista diseñada para reprimir las protestas sociales, sembrar terror, llevar a cabo desapariciones forzosas y fortalecer el control político y social sobre los venezolanos. La furia bolivariana ha provocado la vandalización de sedes de partidos políticos y organizaciones gremiales, el sabotaje de eventos políticos y más recientemente la desaparición forzada (crimen lesa humanidad) de varios líderes sociales incluyendo a Rocio San Miguel, su hija y 4 miembros de su familia. Actos terroristas consumados por funcionarios del SEBIN y DGCIM en complicidad con las hordas paramilitares del oficialismo cuyo comportamiento recuerda a las "camisas negras" de Mussolini o a los Sturmabteilung (SA) de Hitler, cuyo propósito era sembrar el terror y la violencia entre la población.
La conquista del poder por parte de la satrapía bolivariana conllevó a la construcción política del enemigo interno y externo. Apelando a la dicotomía "amigo-enemigo" (Carl Schmitt) han impulsado la fascistización de la sociedad venezolana. En este contexto, el enemigo externo está representado por los gobiernos de Washington y los de la comunidad europea, a quienes lo demonizan públicamente, pero en secreto mantienen diálogos para garantizar su propia supervivencia. En el ámbito interno, estigmatizan a la disidencia política como enemigos, apátridas, desadaptados sociales, quienes deben ser exterminados o convertidos en polvo cósmico como lo sugería en vida el comandante galáctico. La idea es imponer una narrativa sobre la existencia de un contendiente con una ideología contaría a los intereses de la Patria.
La fascistización bolivariana ha implicado la erosión de las libertades civiles, la pérdida de la independencia del poder judicial, el aumento de la intolerancia y represión hacia la disidencia política, la calificación de la protesta social como acción subversiva, la manipulación de la información y la propaganda, así como el culto a la violencia y la tortura.
En su deliro represivo y de control social el social fascismo bolivariano ha llegado al extremo de institucionalizar el concepto de Sippenhaft o Sippenhaftung como una táctica para obtener información de los detenidos políticos. Este cruel castigo colectivo, fue introducido por Heinrich Himmler, jefe de la SS de Alemania nazi, estableciendo que la responsabilidad penal de un acusado por crímenes contra el Estado se extendía automáticamente a sus parientes en igual medida.
Ante los continuos fracasos económicos y sociales, Maduro y su grupete se han refugiado en la construcción de “enemigos” para justificar todos sus desastres, desde la crisis eléctrica hasta la hiperinflación y dolarización de la economía. Aplican de manera magistral el principio goebbeliano de la transposición de responsabilidad: cargar sobre el adversario los propios errores o defectos. Basta recordar, por ejemplo, los alemanes culpaban a los judíos por la derrota en la Primera Guerra Mundial.
El Tte. coronel y su hijo bastardo han socavado los principios fundamentales de la democracia y el Estado de derecho, aniquilado al movimiento sindical, institucionalizado la violación a los derechos humanos, fomentado la división y promovido la intolerancia y el odio. Han impuesto un “siniestro lenguaje” donde: el amor es el odio, la paz es la guerra, el respeto a los derechos humanos es la tortura, el debido proceso es linchamiento judicial y la soberanía es la hipoteca del país.
Ante la creciente posibilidad de perder el poder, la nomenclatura bolivariana reivindica el legado paradigmático del Tte. coronel “la acción violenta debe suplantar a la razón como método para preservar el poder”.
Paradójicamente, aquellos que ascendieron al poder defendiendo el respeto a los derechos humanos, hoy los violan impunemente con la repugnante complicidad de jueces y fiscales, del fiscal general y del defensor del pueblo.
Tuesday, January 23, 2024
La posverdad bolivariana
El término posverdad es un neologismo que se utiliza para describir la distorsión intencionada de la realidad con el objetivo de crear y dar forma a la opinión pública, influyendo en las actitudes sociales (Steve Tesich, 1992). La posverdad implica un fenómeno en el cual la veracidad de la información pierde relevancia frente a la habilidad estratégica de influir en la opinión mediante el uso de la mentira, la manipulación emocional y cognitiva.
La distorsión deliberada de la realidad, lejos de basarse en la veracidad de los hechos, se centra en la capacidad de generar respuestas emocionales y conformar narrativas persuasivas. Históricamente el nacional-fascismo bolivariano ha recurrido al uso de la posverdad desde sus mismos inicios como proyecto político, así una intentona golpista fracasada la convirtieron en el “Amanecer de la Esperanza”.
En sus narrativas no veraces, publicitan el "éxito de su modelo de salud", a pesar de la escasez de recursos médicos y el estado de abandono en el que se encuentran la mayoría de los centros hospitalarios del país. Del mismo modo, en su estrategia del engaño y la mentira, aseguran "defender la soberanía nacional", a pesar de la entrega de nuestros recursos petroleros al capital transnacional mediante la creación de las Empresas Mixtas de la Faja Petrolífera del Orinoco y de haber cedido el control de la producción gasífera y carbonífera a compañías transnacionales norteamericanas, chinas y rusas.
En su versión distorsionada y tendenciosa de la realidad, proclaman "defender los intereses de los trabajadores", a pesar de que sus políticas neoliberales erosionaron el valor social del trabajo y generaron una precarización en las relaciones laborales. En su posverdad de “proteger a los asalariados” eliminaron los convenios colectivos, debilitaron la fuerza sindical, bonificaron el ingreso salarial, judicializaron las luchas reivindicativas e impusieron salarios de hambre. Como consecuencia de estas medidas, millones de venezolanos han emprendido la dolorosa decisión de abandonar el país en busca de un futuro más prometedor, marcando así un hito sin precedentes en nuestra historia.
En su retórica posmoderna hablan de un "proyecto humanista" respetuoso y garante de los derechos humanos, cuando han impuesto un cruel terrorismo de Estado materializado en ejecuciones sumarias en barriadas populares, la persecución y detenciones arbitrarias de la disidencia política, así como el uso sistemático de las torturas más crueles por parte de funcionarios del SEBIN, PN, y del DGCIM (laceraciones, asfixia mecánica, descargas eléctricas, quemaduras y heridas con objetos cortopunzantes o contundentes). Muchos han sido asesinados como los casos de Rafael A. Arévalo y Fernando Albán o dejados morir por falta de atención medica como el General Raúl Baduel.
En su mundo falaz, sostienen haber contribuido a la "democratización de la sociedad", a pesar de haber militarizado e impuesto un nefasto control social. Aseveran "defender la integridad territorial" mientras abandonaron el reclamo territorial del Esequibo durante 25 años. Promocionan el "Arco Minero del Orinoco como modelo de minería", cuando en realidad representa la manifestación más extrema del extractivismo salvaje, perjudicial y empobrecedor.
El nacional-fascismo bolivariano en su posverdad le da una interpretación selectiva de la realidad, pero además maliciosamente impone su narrativa como la única válida. Así, la verdad se convierte en un instrumento de poder y control ciudadano, moldeando la percepción colectiva a través de la insistencia en una realidad alternativa que, aunque carente de fundamentos, busca legitimarse a través del control social-militar que ejercen sobre la población.
La posverdad bolivariana se erige como un desafío y amenaza para la democracia venezolana, al emplear falacias que generan un sentido de pertenencia antidemocrático. En el contexto del proyecto nacional-fascista bolivariano, la posverdad representa su columna vertebral, apuntalada por el manoseo de la pobreza y la desesperanza con el tutelaje de la bota militar
Thursday, December 21, 2023
Cada navidad es el renacimiento de la esperanza, del impulso creativo incesante que escribe utopías sobre el silencio de los vocablos
Navidad sin presos políticos