Durante los últimos años, el miedo y el terror masivo han sido factores muy importantes en la política de Estado impuesta por Miraflores. El objetivo ha sido aplastar toda expresión de inconformidad del pueblo y consolidar el proyecto bolivariano.
El terror y el discurso de odio han sido dos piezas fundamentales en la política de Estado impulsada por el social-fascismo Bolivariano. Terrorismo estatal que se ha manifestado en la negación de las garantías y derechos individuales y colectivos, la trasgresión sistemática de los derechos humanos (tortura, desapariciones, ejecuciones extrajudiciales, etc.,), la utilización de toda la infraestructura del estado (leyes, jueces, FAN, y policías) a fin doblegar y acallar la protesta popular. Ello sin olvidar el alto índice de impunidad en crímenes y masacres cometidos desde el mismo Estado en los que han participado de manera directa o indirecta integrantes de la FAN y agentes de los cuerpos represivos del Estado. Terrorismo estatal que ha contado además con la participación de grupos paramilitares (colectivos) los cuales han sido utilizada con frecuencia como fuerza auxiliar para siembran el terror y asesinar a miembros de la disidencia.
Ejemplos paradigmáticos recientes del terrorismo estatal bolivariano han sido las detenciones de coordinadores políticos del partido Vente Venezuela, de la defensora de los derechos humanos Rocío San Miguel, su hija y miembros cercanos de su entorno familiar. La decisión de Miraflores de prohibir y expulsar del país a los trabajadores de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Igualmente, la elaboración y puesta en discusión de la Ley de Fiscalización, Regularización, Actuación y Financiamiento de las Organizaciones No Gubernamentales y Afines para regular el funcionamiento de las ONG en el país. Proyecto el cual ha sido ampliamente rechazado por los defensores de los derechos ciudadanos por considerar que con la aprobación de dicha ley se profundizará el autoritarismo y la represión.
En el marco de este sangriento terrorismo de Estado decenas de lideres estudiantiles, sindicales y sociales han sido detenidos, torturados y algunos asesinados. Muchos de ellos configurados como crímenes de lesa humanidad (Artículo 7 del Estatuto de la Corte Penal Internacional) ante la total complicidad de un fiscal general de la nación quien responde a los dictamines del inquilino del Palacio de Misia Jacinta. En tal sentido, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet señaló la necesidad de garantizar investigaciones exhaustivas y efectivas y el enjuiciamiento de los involucraos en los casos de violaciones de los derechos humanos. Más recientemente la Corte Internacional de Justicia decidió proseguir sus investigaciones contra el gobierno de Venezuela por posibles crímenes de lesa humanidad.
Ideológicamente el social-fascismo bolivariano no representa ningún proyecto inscrito como una alternativa al capitalismo. Este batiburrillo personifica una colección de contradicciones políticas y económicas irresolubles y de aberraciones doctrinarias, pero que hábilmente secuestró una retórica y épica revolucionaria las cuales ha utilizado para justificar sus retorcidas prácticas
Debajo de la epidermis del socialismo mesiánico del Tte. coronel se esconde un opresivo, y explotador capitalismo de Estado militarizado. Colcha de retazos que exalta la diversidad, pero homogeneiza políticamente a la sociedad. Rinde culto a los “derechos humanos”, pero promueve la tortura y la muerte. Elogia a la democracia, pero profundiza el autoritarismo. Pregona la tolerancia, pero instauran el sectarismo. Defiende la libertad, pero judicializan el pensamiento disidente.
Este revoltijo medieval dista mucho de las aspiraciones igualitarias y libertarias de quienes desde diferentes trincheras buscamos un verdadero cambio social.
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