Thursday, April 17, 2014

El diálogo: trampa distraccionista del fachochavismo

 
Desde la llegada al poder del socialfascismo la sociedad venezolana ha sido víctima de un terrorismo de Estado cuyos blancos han sido los sectores no afines al proyecto facho-bolivariano. Terrorismo de Estado que forma parte importante de la Doctrina de Seguridad Nacional Bolivariana, y que ha tenido y sigue teniendo una intencionalidad precisa: fragmentar el tejido social, la psique individual y colectiva de la población, con el propósito de mantener el control  absoluto de ésta a través del miedo, la desesperanza y el silencio mediante el control casi absoluto de los medios de comunicación.

Pecan de ingenuos o faltos de memoria quienes se sorprenden de la brutalidad policiaco-militar y paralumpen (bandas armadas del oficialismo) vistas en estos últimos días. Tanto el régimen del fallecido gran estafador, así como el de la dupla Maduro-Cabello han venido aplicando la amenaza, el amedrentamiento, el hostigamiento, la persecución, la detención y encarcelamiento arbitrario, el uso de tribunales militares, la desaparición forzada (tragedia de Vargas), la tortura física, psicológica y emocional, hasta las ejecuciones extrajudiciales a manos de los paralumpen como herramientas represivas de su terrorismo de Estado.

Hay que entender que la violencia y el odio demostrados por la Guardia Nacional, cuerpos represivos y paralumpen contra los manifestantes no son accidentales producto de conductas individuales impropias, y muchos menos pensar que estos actos deplorables han sido cometidos por ciudadanos extranjeros. Obedecen a la génesis ideológica del proyecto, a la connotación nazi-fascista del Estado bolivariano la cual busca desesperadamente regular y disciplinar el comportamiento de la población; es decir, el imponer una determinada mentalidad única y modo social de operar, a partir de acciones terroristas, procesos de institucionalización de la violencia, de la implantación de la impunidad, la manipulación de las necesidades y la desmovilización política de la disidencia.

En los últimos años el Estado represor venezolano se ha valido de todo un tinglado jurídico, como la Ley Orgánica Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo y la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación a fin de criminalizar la protesta social. Eso es precisamente lo que le ha permitido al ungido de Miraflores y su corrupto poder judicial a detener y someter a procesos judiciales viciados a más de 2500 jóvenes, así como a cientos de trabajadores y dirigentes sindicales.

Mientras se desnuda la naturaleza fascista de la dupla Maduro-Cabello traducida en una represión salvaje, muertes y heridos, la persecución y detención de dirigentes opositores y de periodistas independientes, representantes de la MUD han aceptado participar en una serie de reuniones preparatorias para un diálogo nacional auspiciado por el régimen. Reuniones preparatorias que se han iniciado con muy mal pie por parte de la MUD dada la ausencia de 3 actores fundamentales en dichos eventos: los estudiantes, los familiares de los jóvenes asesinados y el Foro Penal que ha logrado documentar la mayor parte de los casos de violaciones a los derechos humanos por parte de los cuerpos policiales y la Guardia Nacional. Igualmente, ha sido un error el haber asistido a estas dos primeras citas sin haberse cumplido las exigencias establecidas como pre-requisito para dar comienzo a las mismas.

En el primer encuentro Andrés Velázquez hizo entrega formal de un proyecto de Ley de Amnistía para los estudiantes detenidos y sometidos a procesos judiciales que recoge el sentir de quienes consideran que todo acuerdo de paz pasa necesariamente por la libertad de todos los presos políticos. La soberbia, intransigencia e intolerancia de los "dialogantes" del oficialismo quedó demostrada una vez más al rechazar dicho proyecto de Ley en forma categórica sin discusión alguna. En el segundo encuentro, a puertas cerradas, se informó que se había logrado el acuerdo de que una nueva comisión médica reevalúe el caso de Simonivich (evaluado previamente en 5 oportunidades) y la ampliación de la Comisión de la Verdad presidida por el malandrín de Cabello, y no la constitución de una nueva Comisión con personalidades internacionales como había sido propuesta por la MUD.

Los representantes de la MUD insisten en un diálogo de paz, que obviamente por su naturaleza debe conducir a alcanzar pactos o acuerdos, por otro lado el oficialismo insiste que no es un diálogo para pactos o acuerdos, sino "mecanismos de coexistencia pacífica y de convivencia para aislar a los violentos". Obviamente al hablar de violentos se refieren a los jóvenes estudiantes y trabajadores a quienes han estigmatizado y desprestigiado con los peores epítetos. Recordemos que diferentes voceros del facho-chavismo han insistido en felicitar a los paralumpen bolivarianos por su conducta ejemplar.

No se debe continuar la farsa de un supuesto diálogo hasta tanto estén dadas las condiciones para el mismo. Condiciones que implican entre otras cosas: la libertad de los estudiantes detenidos, la designación de una comisión de la verdad internacional para investigar los hechos y no la ampliación de la viciada comisión ya existente. Además no puede haber diálogo mientras la Guardia Nacional y cuerpos de seguridad del Estado sigan reprimiendo la protesta pacífica, y los paralumpen siguen actuando con total impunidad.

El régimen no ha mostrado la más mínima voluntad política para adelantar una agenda de paz, su raíz autoritaria, militarista y represiva no se lo permite. No se trata de etiquetar a nadie de entrada, pero hacerle el juego a esta perversa política distraccionista sería un error incalificable, una afrenta a todos esos jóvenes quienes dieron su vida por un futuro mejor o pagan tras las rejas el delito de querer una Venezuela distinta.

No comments: