El iletrado de Maduro regresó al país después de una improvisada y desesperada gira en busca de dinero fresco para paliar la tremenda crisis
económica, así como frenar la caída de los precios
petroleros. A pesar de la propaganda Goebbeliana del régimen haciendo creer
que el viaje de Maduro fue un éxito, la realidad y resultados demuestran que
fue un fracaso ya que ninguno de los
objetivos fueron alcanzados y solo logró promesas y las clásicas sonrisas
diplomáticas. Sin embargo los privilegiados integrantes de la delegación
presidencial, incluyendo los miembros de la familia real disfrutaron de un turismo de primera en medio de lujos y derroche a
expensas del erario nacional.
Lo improvisado de la gira lo obligó a viajar a Rusia
en dos oportunidades para poder entrevistarse con el zar Putin. Visita que
lejos de proporcionarle la ayuda económica solicitada, implicó mayores
concesiones de la faja bituminosa del Orinoco a las transnacionales rusas lo
que significa un mayor
sacrificio de nuestra soberanía nacional.
La visita al Imperio Chino, nuestro nuevo colonizador
económico, se dio en el marco de una reunión de la CELAC que
era de cancilleres y no para Jefes de Estado. El ungido solo logró promesas de
inversiones a futuro (cartas de intención), destinadas a ampliar proyectos de
alta tecnología y telecomunicaciones. Sin embargo, no logró ningún financiamiento
que le diera liquidez inmediata para paliar la crisis financiera del país.
La gira por los países miembros de la OPEP fue un
desastre. La
pretensión mesiánica de Maduro era la de convencer a los países exportadores del
Golfo de reducir la producción de petróleo para elevar los precios. Sin
embargo, en ninguno de los países visitados se anunciaron
declaraciones conjuntas de los gobiernos pidiendo una reunión urgente de la
OPEP a fin de discutir un recorte en la producción petrolera. Pero peor aún,
mientras Maduro y los medios oficiales hablaban del “éxito” de la gira, el
ministro de Hidrocarburos de los Emiratos Árabes Unidos, Suhail bin Mohammed
al-Mazroui, declaraba que la OPEP no alteraría su estrategia en cuanto a la
producción (30 millones de barriles diarios) y los precios del barril petrolero
siguen su indetenible descenso (WTI US$47,89; Brent
US$48,71; OPEP
US$39.19,40). Esta situación se agrava aún más dado el desmantelamiento operativo
e hipotecada de PDVSA, la continua merma de nuestra producción petrolera y la
desnacionalización de la industria (empresas mixtas) herencia
perversa y antinacional del fallecido tte coronel.
Maduro retorna al país con una nueva derrota política
y económica a sus espaldas. Recurre a un discurso alimentado de cinismo y
falacias para justificar su fracaso. Anunciar como un logro la creación de una alianza para la exportación de alimentos a Qatar, cuando los
venezolanos se ven forzados a hacer colas humillantes para la compra de los
mismos, es un insulto a la dignidad del ciudadano y rebasa los limites de la
desvergüenza.
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