Desde la llegada al poder de la logia militar
bolivariana en 1998 el país ha estado sujeto a un terrorismo de Estado
avasallante como expresión de la "Doctrina de la Seguridad Nacional
Bolivariana". Hemos visto como un Estado omnipotente ha utilizado a las
fuerzas policiales, diversos componentes de la Fuerza Armada y grupos
paramilitares en contra de sus ciudadanos, violando sus derechos fundamentales,
recurriendo en algunos casos al asesinato de muchos de ellos quebrantando el
estado de derecho contemplado en la Carta Magna. La muerte de Kluiberth Roa,
liceísta de escasos 14 años de edad a manos de un miembro de la Policía
Nacional Bolivariana demuestra hasta donde puede llegar la barbarie milico-bolivariana.
Iniciado por el ya fallecido tte coronel, embaucador
de Sabaneta y continuado por el binomio de la bestialidad “Maduro-Cabello” han
convertido al Estado venezolano en terrorista y forajido al institucionalizar
la represión, la tortura, y el asesinato, criminalizar y judicializar la
protesta social, militarizar la justicia, organizar grupos paramilitares. Todo
ello orientado a imponer una obediencia absoluta, mediante la propagación del
pánico por todo el tejido social. Prácticas que no son nada nuevas, todas ellas
comunes a regímenes despóticos al margen de su signo ideológico.
La nefasta alianza de milicos y civiles que tomó el
poder en 1998 se ha empeñado en disciplinar a la sociedad venezolana y eliminar
todo vestigio de disidencia ideológica. A tal fin han modificado y aprobado
nuevas leyes e instancias judiciales represivas orientadas a acentuar el
control social y la dominación. Allí están la Ley Orgánica contra la
delincuencia organizada y financiamiento al terrorismo (Lodofat), la reciente resolución
8.610 dictada por el Ministerio del Poder Popular para la Defensa, que permite
el uso de armas letales para el control de manifestaciones, así como la
creación del Centro Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria (Cesppa)
y reglamento orgánico de la Dirección General de Contrainteligencia Militar
(DGCM). Además, han militarizado a la sociedad, y han establecido un monopolio
comunicacional mediante la asfixia económica a los medios independientes, la
censura a otros y la autocensura ante el miedo.
A fin de desarrollar el modelo represivo bolivariano
y consolidar un estado de excepción -no declarado, pero vigente-, el país ha
sido dividido en varias zonas operativas militares (Regiones Estratégicas de
Defensa Integral de Venezuela). Son espacios en los cuales los milicos tienen
la potestad de ejecutar operaciones de defensa integral, entiéndase labores de
represión contra la disidencia política, muchas veces al margen de las leyes de
la República. Es decir, han creado un Estado militar ilegal, amparado
paradójicamente por las leyes de la República. El régimen ha invadido con su
violencia y arbitrariedad todos los planos de la vida nacional.
Sin embargo, el régimen bolivariano ha significado
un “salto cualitativo” en materia represiva con respecto a los anteriores
gobiernos adecos y copeyanos, al borrar el nombre y la historia de sus víctimas
mediante la descalificación, la amenaza y la coacción. No olvídenos que el
sátrapa de Miraflores declaró a raíz de la muerte de Kluiberth Roa, “el liceísta asesinado pertenecía a una secta
de la derecha”. Primeramente, el iletrado del Metrobus miente en cuanto a
la afiliación política del joven asesinado y segundo, ello no es excusa para
justificar tan horrendo crimen.
Maduro y su pandilla intentan "tutelar con
las armas" el descontento y conflictividad laboral y social que existe en
el país. Mediante el uso de la represión y la violencia pretenden acallar el
descontento popular generado por la escasez, la inflación, la inseguridad, el
desempleo, etc. Buscan a través de estos perversos métodos disciplinar a las
masas a fin de lograr su desmovilización, frustración y finalmente su
resignación.
La puesta en práctica de la Doctrina de la Seguridad
Nacional Bolivariana se ha traducido en una política de Estado que viola los
derechos humanos de todos los venezolanos, trayendo muerte y dolor.
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