El pasado 6D el fachochavismo
sufrió la peor derrota de su historia política. Más de 7.000.000 millones de
venezolanos votaron por la UNIDAD, logrando las 2/3 partes de la Asamblea
Nacional (AN), una mayoría calificada. El oficialismo acusó un deslave
electoral cercano al 21%, alcanzando ganar solamente en los Estados Apure,
Cojedes, Delta Amacuro, Guárico, Portuguesa y Yaracuy, entidades políticas
caracterizadas por un marcado atraso político, económico y social. Esta victoria
tiene una connotación muy especial, pues la misma se da en medio de una campaña
plagada de ventajismos por parte del oficialismo y de violaciones de todas las
normas legales establecidas con la anuencia de las cuatro cortesanas de un
Consejo Nacional Electoral (CNE) rastrero y servil. Actitud parcializada y ruin
que quedó refrendada hasta el último minuto del proceso eleccionario, cuando
madame Oblitas ordenó extender la apertura de las mesas hasta las 7 pm en forma
arbitraria y anticonstitucional, con la intención de facilitar la operación remate
del oficialismo, entiéndase el buscar casa por casa a los potenciales votantes
del oficialismo bajo amenazas e intimidación.
Aunque la derrota electoral del fachochavismo del 6D
estaba cantada por los sondeos de opinión pre-electoral, lo que ha sorprendido
es la magnitud de la misma. Ha sido una derrota apocalíptica, que marca una
inflexión histórica del antes y después del 6D. Descalabro humillante que la logia
cívico-militar aún no ha podido racionalizar, de allí sus desvaríos, sus
contradicciones, y dislates post-6D. En sus delirios paranoicos culpan a Maduro
de autista por no escuchar la voz del pueblo, de traidor por no haber seguido
el legado del insepulto eterno, otros apelan al desgastado y no creíble libreto
de la guerra económica, algunos enfilan sus baterías contra el imperio, quien
paradójicamente es el mayor financista de la ”robolución”. El fachochavismo y
sus acólitos no han logrado entender que el problema no es Maduro, ni Cabello,
ni Giordani y demás estafadores ideológicos, sino el inviable proyecto del
fallecido tartufo de Sabaneta. Se niegan a aceptar que el mal llamado
socialismo del siglo XXI del tte coronel es una estafa social, un fracaso
económico y una tragedia política.
Ante este colosal
naufragio electoral, el derrotado de Miraflores “huye hacia delante” amenazando
con radicalizar su bodrio de revolución “cívico-militar”, lo cual sin la menor
duda tropezaría con la resistencia de la inmensa mayoría de los venezolanos
quienes votaron en su contra (65%), así como de la comunidad internacional que
finalmente despertó de su idilio con el gorilage bolivariano. Todo ello haría
fracasar estrepitosamente tal pretensión milico-autoritaria. Además la actitud del
iletrado enciclopédico de Maduro delata su escaso talante democrático, y que su
condición de “demócrata” -la cual presume constantemente- no es más que un simple
disfraz oportunista que se pone o se quita según las circunstancias. Adicionalmente,
una aventura oficialista de ese calibre podría ser el detonante de masivas explosiones de ira y
frustraciones de los sectores populares acumuladas en estos últimos años, con
consecuencias impredecibles para todos.
Los resultados del 6D reflejan que los venezolanos
se hartaron de un discurso basado en el odio social y la exclusión ideológica,
de las penurias de
la escasez de alimentos y medicinas, de los pírricos salarios, de la
corrupción, de la inseguridad personal, del narcogeneralato, de la represión y
criminalización de la protesta social, así como de la violencia impune de los
grupos armados afines al oficialismo. Los venezolanos el pasado 6D no
escogieron entre dos modelos: el socialista versus el capitalismo-neoliberal, como afirman muchos analistas.
Primeramente no se puede votar por algo que no existe -modelo socialista- y segundo
la inmensa mayoría de venezolanos que votaron por la UNIDAD no lo hicieron por
el capitalismo-neoliberal, lo hicieron
porque no se
sienten a gusto con las vicisitudes e iniquidades que viven a diario, lo
hicieron con la esperanza y la fe en una Venezuela mejor.
El
revés sufrido por fachochavismo presagia su declive como opción electoral
hegemónica, así como su debilitamiento como “religión política” basada en conexiones emocionales
(líder-masas), culto al despotismo, clientelismo demagógico y un respeto
incondicional a la voluntad de un caudillo. Una vez fallecido el tte coronel,
la religión bolivariana perdió irreparablemente su
componente carismático-emocional, y con la caída de los precios petroleros se
quedó sin flujo de caja para seguir con el clientelismo electoral que seducía a
los sectores populares, obteniendo así muchos triunfos electorales. La miseria
intrínseca de la bazofia bolivariana quedó al desnudo al escuchar al monárquico
Maduro afirmar: "Tengo en duda construir viviendas, porque pedí tu apoyo y
no me lo diste” o leer en las oficinas del Estado “Cuando al mal agradecido se
le olvida quien le ayudó, la miseria le refresca la memoria”. Tanta mezquindad
nos indica hasta donde puede llegar el fascismo criollo.
El haber logrado las dos mayorías calificadas en
la Asamblea Nacional, coloca a la UNIDAD ante muchos desafíos. Tienen ante si un largo (magnitud de los cambios) y
difícil (provocaciones y triquiñuelas del oficialismo) camino por recorrer para
alcanzar los cambios prometidos. Primeramente, deberán aprobar con la urgencia
del caso un plan para aliviar la situación de emergencia socioeconómica (desabastecimiento,
carestía, inflación, desempleo y colapso del aparato productivo nacional). Ya
en el plano político deberán aprobar la Ley de Amnistía para lograr la
libertad de todos los presos políticos, así como la revisión de las Leyes de: Responsabilidad Social en Radio y
Televisión (RESORTE), Educación
Superior, Ley de Estatutos de la Función Pública, Contra la Delincuencia
Organizada y Financiamiento al Terrorismo (LODOFAT), Ley del Trabajo y la negativa
del régimen de firmar los contratos colectivos vencidos de los trabajadores del
Estado entre
otras. Es impostergable realizar las auditorías a los endeudamientos externos
(Fondo Chino principalmente), a PDVSA y sus empresas filiales, las compras
militares (Rusia, China), Ministros y funcionarios de la administración pública.
Es prioritario revisar el marco legal de las empresas mixtas, de resoluciones ejecutivas,
muchas de ellas anticonstitucionales como la 008610 (Normas sobre la actuación de la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana en funciones de control del orden público, la paz social y la
convivencia ciudadana en reuniones públicas y manifestaciones) dictada por el gorila
de Padrino López, salvador de la Patria el 6D en la mente fantasiosa de algunos
libretistas de segunda. Igualmente, deberán avocarse a la reinstitucionalización
de los poderes públicos mediante la designación de los nuevos integrantes del Tribunal
Supremo de Justicia, Consejo Nacional Electoral, y el nombramiento del Contralor
General de la República, del Fiscal General de la República, y el Defensor del
Pueblo
A los nuevos miembros de la Asamblea Nacional electos
por la UNIDAD les tocará
colocarse a la altura de este gran desafío, para así corresponder a la
confianza depositada por los millones de venezolanos que sufragaron por ellos. Sin embargo, la
heterogeneidad ideológica, el protagonismo innecesario de algunos, así como las
luchas internas por la candidatura presidencial incidirán negativamente en la
frágil unidad de esta coalición. Ojalá los integrantes de la UNIDAD tomen como
referencia la experiencia de la Concertación de Partidos por la Democracia de Chile
(Concertación), una coalición heterogénea de partidos políticos que representó una referencia electoral orgánica y cohesionada
en medio de su diversidad ideológica.
El fachochavismo fracasó en su intento de
imponernos el miedo, el chantaje, y el terror como sistema político. Naufragó su
fantasmagórica y bastarda revolución que sembró el odio, el hambre y la miseria
entre los venezolanos y tiñó nuestros confines geográficos con la sangre de
jóvenes como Roberto
Redman, Bassil Da Costa, Geraldine Moreno,
Génesis Carmona, por mencionar algunos de los muchos héroes, lamentablemente olvidados
en tiempos de victoria.
Celebremos
la derrota de la pestilencia militarista bolivariana, y sigamos con nuestra
lanza y vieja adarga luchando por una imaginaria y utópica sociedad justa y
equitativa.
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