Tuesday, June 14, 2016

Las cuatro mafiosas del CNE


La actitud delincuencial de las cuatro madamas del Consejo Nacional Electoral (CNE) al invalidar más de 600.000 firmas de la solicitud del Referéndum Revocatorio (RR) nos recuerda el operar de la Cosa Nostra siciliana. Las cuatro cortesanas del CNE atropellan, mienten, sustraen y propician la violencia en nombre de una pandilla ideológica que “desgobierna” al país desde 1998.

Estamos en presencia de una política criminal puesta en práctica por las cuatro mafiosas del CNE-PSUV, quienes pretenden desconocer la voluntad popular dificultando la realización del RR este año. Esta nueva estafa electoral por parte de la mayoría del muladar del CNE (anulación caprichosa y patibularia de 605.727 firmas) demuestra que funciona como una dependencia genuflexa al servicio del iletrado enciclopédico de Maduro quien no desea contarse pues sabe de antemano que será derrotado. Recordemos que ni el régimen, ni el ente comicial pueden negarse a realizar el RR ya que es un derecho constitucional consagrado en el articulo 72 de la Carta Magna.

Los venezolanos conocemos de sobra que la mentira, la manipulación y el delito electoral han sido y seguirán siendo las divisas del CNE. No es la primera vez que lo demuestran. Es inconcebible que las patricias se hayan demorado una eternidad en poder certificar las firmas presentadas para la solicitud el RR, mientras que validaron 10.000.000 de firmas contra el Decreto Obama en solo “26 horas”, validación que de paso no era de su competencia.

La mayoría del CNE por su cultura mafiosa ignora el carácter terrorista y forajido del Estado venezolano, el cual ha institucionalizado la tortura y el asesinato, criminalizado y judicializado la protesta social, militarizado el orden público y la administración de justicia, así como la operatividad impune de sus grupos paramilitares plasmada en ataques a miembros de la Asamblea Nacional, periodistas, trabajadores, estudiantes, residentes de zonas populares, etc.  Pero, la capo Lucena además en una muestra de soberbia y delirio amenazó con la suspensión inmediata del proceso si ocurría cualquier agresión, alteración del orden o generación de violencia en el país. Es una manera de intimidar para que la gente renuncie a la lucha de calle, ante el temor de que suspendan el Revocatorio.

Las cuatro perversas del CNE ya no se esfuerzan en disimular su cuadratura y sometimiento ante Maduro y su pestilente bota militar. Prueba de ello ha sido la “ratería” de más medio millón de firmas, así como la exclusión caprichosa y selectiva de firmas de connotados dirigentes de la disidencia política, lo cual muestra hasta que punto estas damiselas pueden reptar ante la pestilente bota militar opresora. Bota milica que pretende "tutelar con las armas" el descontento y conflictividad social que existe en el país como ha venido sucediendo en los últimos años y más recientemente en las barriadas caraqueñas de La Vega, Catia y Petare, así como en Cariaco, Estado Sucre donde han sido asesinados venezolanos por reclamar comida. Prácticas que no son nada nuevas, y que son comunes en regímenes despóticos independientemente de su signo ideológico.

El gran derrotado y perdedor en esta primera fase del RR no han sido solo las cuatro títeres del CNE, sino del propio capo di tutti i capi  de Maduro y su horda de sicarios. Todos habían afirmado que las firmas eran fraudulentas y que carecían de total validez. Sin embargo, la sottocapo de Lucena se vio obligada a reconocer 1.352.052 firmas como válidas, con las cuales se inicia la hoja de ruta para el RR.

El improvisado de Maduro enceguecido por la perdida de su popularidad, la magnitud de la crisis económica y social, la inseguridad personal, la escasez cada vez mayor de alimentos y medicinas, el descontento en sus propias filas, apela nuevamente al viejo libreto de la confrontación, de la violencia para coger oxígeno político y brindarle moral a sus devastados partidarios. Sus llamados a la violencia e insurgencia han llegado al paroxismo al afirmar “si algún día nos toca tomar un fusil, lo tomaremos”, fanfarronada  sin sentido pues quienes lo conocemos estamos conscientes que la única pistola que sabe usar el “revolucionario” Maduro es su secador de pelo.

A la Cosa Nostra bolivariana le esta llegando su hora final, se le aproxima su fecha de vencimiento a pesar del control del Estado y el apoyo de las narcobayonetas. Soplan vientos de cambio.

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