El lupanar de la esquina de “Dos pilitas”,
entiéndase el tribunal supremo de justicia (no merece ser escrito en mayúscula)
acaba de ratificar mediante la sentencia 00840 con fecha del 27 de julio, la
resolución emanada del Ministerio de la Defensa la cual le permite a la
Fuerza Armada Nacional (FAN) el uso de armas de fuego para el control de
manifestaciones públicas.
La resolución 008610 aprobada por el
chafarote multisoleado de Padrino López (27/01/2015) estableció un nuevo modelo
de control militar del orden público que incluye el “uso de la fuerza
potencialmente mortal, bien con el arma de fuego o con otra arma potencialmente
mortal”. La resolución suscrita por el exalumno de la Escuela de las Américas Padrino
López no es una ley como exige la Constitución, y no distingue entre
manifestaciones pacíficas y violentas, más allá de definir escuetamente la
violencia mortal como la “creación de una situación de riesgo mortal”. La misma
representa una resolución que viola el derecho a la vida de los venezolanos y constituye
una mayor profundización de la militarización de la sociedad y del control
ciudadano por parte de la soldadesca bolivariana en el poder.
El reciente dictamen de los siniestros personajes
de la sala político administrativa del tsj ha sido en respuesta a un recurso de
amparo presentado por la diputada Delsa Solórzano (02/2015). Los vasallos con
toga del tsj al declarar improcedente dicha solicitud ignoraron que la misma
menoscaba las garantías del artículo 68 de la Constitución, el cual señala explícitamente:
“Se prohíbe el uso de armas de fuego y sustancias tóxicas en el control de
manifestaciones pacíficas. Además, desconocen los estándares
internacionales, como el elaborado por la Comisión Interamericana sobre
Derechos Humanos (2009) “dado que las fuerzas armadas carecen del entrenamiento
adecuado para el control de la seguridad ciudadana, corresponde a una fuerza
policial civil, eficiente y respetuosa de los derechos humanos combatir la
inseguridad, la delincuencia y la violencia en el ámbito interno”. Los integrantes de la sala político
administrativa del tsj son los nuevos paladines que reivindican la claudicación
de derechos y libertades fundamentales a expensas de un abusivo poder estatal
encarnado en la dupla asesina de Maduro-Padrino López
Seguramente el Defensor del Pueblo guardará
silencio ante este nuevo atropello a los derechos humanos, al derecho a la vida,
a la libertad. Tarek es parte de ese grupete de minusválidos fanatizados al
servicio de un Estado militar, el cual considera al adversario político como un
enemigo (interno), al que hay que exterminar. Con su silencio apoya la cultura
del terror, y la sistemática violación de los derechos humanos por parte de un
régimen opresor. Con su actitud cómplice respalda el uso indiscriminado de
las armas a fin de “pulverizar” a la disidencia política.
El socialfascismo Maduro-Padrino López al igual que el fascismo del siglo
pasado “no tiene ideología, ni estatutos, ni reglas y muchos menos moral".
Es un movimiento político donde las contradicciones y el oportunismo suelen ser
más prominentes que el seguir una línea ideológica preestablecida;
contradicciones producidas por la superposición de las tendencias fusionadas en
el origen del movimiento (militares fascistas, disidentes socialistas
legitimadores ideológicos de la farsa en el poder, oportunistas y corruptos de
todo tipo). El socialfascismo del siglo XXI, no ha ido más allá de un populismo
despótico de partido único, violador de los más elementales derechos humanos,
sumergido en la exaltación del culto mesiánico al tte coronel.
La dupla
Maduro-Padrino López pretende mantenerse en el poder con el apoyo de un
insolente y fraudulento tsj y el soporte de la pestilente y narcocomplaciente
bota militar. Fracasarán en su intento como ha ocurrido históricamente en otras
latitudes del continente suramericano.
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