El socialfascismo bolivariano arremete
de nuevo contra los trabajadores venezolanos. Utiliza su maquinaria
propagandística y represiva en su empeño por doblegar y aniquilar a los
trabajadores de Guayana en sus justas luchas por mejoras salariales, y respeto
a sus derechos laborales. Atropellos que no nos deben de sorprender puesto que
el fascismo y sus variantes tropicales han sido históricamente enemigos del
proletariado y de los sindicatos clasistas. Basta recordar que el ya fallecido tte
coronel reprimió en varias oportunidades a los trabajadores del país, llegando afirmar
"En la revolución los sindicatos deben desaparecer" (24/3/2007).
Hoy vemos al exdicispulo de Sai Baba, imitando
el difunto eterno en sus peroratas, acusar a los sidoristas de ser unos
luchadores “por el locherismo” y que “no trascienden” hacia el papel que tiene
la clase obrera para construir el socialismo. Obviamente, habría que preguntarse
¿Cuál socialismo?. La realidad que vivimos se encarga de desnudar cada día más
esta impostura ideológica mal llamada socialismo bolivariano que no es más que
un capitalismo de Estado militarizado.
Este feroz enfrentamiento de la dupla
Maduro-Cabello contra los trabajadores de Guayana no es casual. Responde al
talante anti-obrero del proyecto bolivariano quien en nombre de un socialismo
sui géneris ha promovido la eliminación de la autonomía sindical e intromisión
del Estado en la vida de los sindicatos. Igualmente ha institucionalizado la
precariedad laboral (tercerización), penalizado el derecho a la huelga (Ley
sobre el Estatuto de la Función Pública). Además, ha criminalizado la protesta
sindical sometiendo a cientos de trabajadores a procesos judiciales amañados. Todo
ello en nombre de una bastarda revolución bolivariana que cínicamente se
autocalifica de “obrerista”.
A pesar de toda la falsa propaganda
oficial los trabajadores venezolanos siguen siendo expoliados por un
capitalismo de Estado inclemente y salvaje. Estas agresivas y anti–obreras
políticas no han sido fortuitas, responden a un plan premeditado orientado a
depauperar ideológicamente a la clase trabajadora, para así minimizar su
espíritu de lucha clasista. Ello con la complicidad de los sindicaleros
patronales que dirigen la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores,
emasculados defensores de un estatismo explotador de cuño Schmittiano, transformados
en mecenas de los sindicatos únicos y verticales al servicio del monárquico
de Miraflores.
Para el avance del socialfascismo
bolivariano la destrucción del movimiento sindical clasista es una necesidad
imprescindible. Desean corporativizar a los trabajadores de Guayana, eliminar
sus conquistas laborales, y domesticar a sus sindicatos. El socialfascismo bolivariano,
no es más que un capitalismo de Estado militarizado, con retórica socialista,
que representa amedrentamiento, represión y una mayor explotación de los
trabajadores venezolanos.
No comments:
Post a Comment