Saturday, October 18, 2014

Paramilitarismo bolivariano

Con la llegada al poder del socialfascismo bolivariano se puso en práctica la doctrina de la Seguridad y Defensa Integral Bolivariana, plagio tropicalizado de la doctrina de Seguridad Nacional (DSN) que estuvo muy en boga durante los regímenes militares del Cono Sur y que fue utilizada por los gorilas uniformados de esos países para justificar la represión y desaparición de miles de ciudadanos.

La doctrina de la Seguridad y Defensa Integral Bolivariana al igual que la DSN, se basa en la concepción militar del Estado y del funcionamiento de la sociedad bajo el tutelaje de la institución castrense. Doctrina que le ha servido al proyecto bolivariano para legitimar la militarización de la sociedad, la criminalización y judicialización de la protesta social. Esta visión reaccionaria y militarista utiliza la rígida lógica militar de la oposición "amigo-enemigo" para crear el concepto de "enemigo interno", transformando al adversario político en “enemigo militar” al cual hay que destruir. Es por ello que el régimen del fallecido vocinglero de Miraflores militarizó la seguridad pública y creó los grupos paramilitares (colectivos en el neolenguaje fachobolivariano) con el propósito de amedrentar, reprimir y asesinar a miembros de la disidencia política. Con distintos nombres, matices y grados de criminalidad estas organizaciones paramilitares surgieron bajo el amparo, entrenamiento, y dotación de las fuerzas de seguridad pública y de la Fuerza Armada Nacional (FAN). Con el surgimiento e institucionalización de estos grupos armados se dio inicio al paramilitarismo bolivariano que al igual que el uribista-colombiano emergen como expresión del dominio político del bloque histórico en el poder a fin de llevar a cabo la guerra sucia destinada a la eliminación del enemigo interno.

Contrariamente a lo que dicen los voceros del régimen se ha establecido una relación orgánica entre los cuerpos de seguridad del Estado, la FAN y las organizaciones paramilitares. Relación que obviamente no esta contemplada en la Carta Magna, ni en los organigramas de los cuerpos de seguridad y muchos menos de la FAN, sin embargo ello no es impedimento para que de manera paralela, secreta o encubierta las relaciones funcionen armónicamente en tareas de información, de represión y dispersión de protestas sociales y hasta el asesinato de manifestantes. Estos grupos armados se han transformado en elementos clave en el establecimiento y profundización del control social por parte del Estado en especial en los sectores populares.

La expansión del paramilitarismo ha dado lugar además a una especie de Estado mafioso donde la violencia y el crimen organizado norman su funcionabilidad. Múltiples han sido las ocasiones donde se asocian estos grupos paramilitares a hechos delictivos: secuestros, violaciones, robos, ejecuciones extrajudiciales, etc., ante la mirada complaciente de las autoridades. Hechos que no nos deben sorprender dado el perfil social de sus integrantes: malandros fanatizados con franelas rojas dedicados a sembrar el miedo y el terror en la población. Prueba de ello ha sido la muerte de cinco miembros de los grupos “Escudos de la Revolución” y “5 de Marzo” tras el allanamiento del CICPC al edificio Manfredir. Entre ellos falleció José Odremán, líder del colectivo 5 de marzo y coordinador del 100 colectivos en el área metropolitana, quien pasó de ser un militante de la revolución -fotografiado al lado de Maduro, Cilia Flores, Robert Serra, generales y otros miembros del alto gobierno- a ser calificado de “asesino” y “delincuente” involucrado en múltiples homicidios según el director del CICPC José Sierralta, y el propio ministro Rodríguez Torres. Acusación que ha causado sorpresa y desconcierto entre los seguidores del oficialismo dada la cercanía de Odremán con el proyecto bolivariano, pero que al mismo tiempo ha desnudado el carácter delictivo de esos grupetes que en nombre de una supuesta revolución cometen cualquier tipo de fechorías, incluyendo el asesinato a mansalva.

Además la doctrina de la Seguridad y Defensa Integral Bolivariana implicó la creación de otro tipo de paramilitarismo, el uniformado constituido por la Milicia Nacional Bolivariana (MNB). La MNB constituye un cuerpo armado al margen de la ley ya que no esta contemplado en la Carta Magna, que fue creado gracias a la reforma de la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana realizada por el fallecido comandante eterno (2005). La MNB representa una fuerza autónoma, destinada a defender los intereses tácticos y estratégicos de la "robolución". Mediante la creación de las MNB se institucionalizó al brazo armado del PSUV, se configuró un nuevo modelo de paramilitarismo.

El fachochavismo representa un proyecto reaccionario y fariseo resultante de la combinación de una retórica socialista con un accionar fascista. Esta explosiva combinación ha dado origen a la barbarie que hoy “desgobierna” al país. Un proyecto que aliena, que genera una falsa conciencia revolucionaria, que desdramatiza los asesinatos y crea una atmósfera de “normalidad” alrededor de los perpetradores de ellos, y que pretende reescribir la historia desde la impunidad, desde la censura de la memoria, desde la deformación de la realidad y del olvido.

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