Thursday, January 1, 2015

Estado totalitario, militarización y disciplina social


La Doctrina de Seguridad Nacional Bolivariana (DSNB), refrito caribeño de los esquemas de seguridad nacional de las dictaduras del Cono Sur (Argentina, Chile, etc.) parte de la premisa de que la militarización del Estado venezolano garantiza la seguridad de la sociedad. Igualmente tipifica la existencia de un enemigo interno materializado por cualquier persona, grupo o institución nacional con ideas opuestas a las del régimen bolivariano y un enemigo externo imaginario representado por toda aquella nación o grupo fuera de las fronteras nacionales que critique o exprese diferencias con las políticas del proyecto bolivariano. Esta doctrina fue iniciada por el fallecido tte coronel y continuada por la dupla Maduro-Cabello para garantizar la defensa militar y la seguridad interna de la revolución.

La DSNB representa una concepción militar del Estado y del funcionamiento de la sociedad, que falazmente justifica la "ocupación" de las instituciones estatales por parte de los milicos a fin de garantizar la implementación de la nueva racionalidad militar plasmada en la DSNB. Racionalidad que implica la acumulación de todos los poderes políticos y recursos económicos en las manos del gorilato castrense. La DSNB representa el mayor esfuerzo histórico tendiente a la militarización del Estado y de la sociedad, así como a la reivindicación de los militares como los designados providencialmente para llevar a feliz término las gesta independentista inconclusa del pasado.

La aplicación la DSNB le ha permitido al régimen justificar su despreciable terrorismo de Estado como sistema de acción política con el que intimida, reprime y aniquila cualquier tipo de protesta social. Basado en una visión Schmittiana (Carl Schmitt jurista nazi), la DSNB reivindica el concepto de enemigo interno, transformando al adversario político, al disidente ideológico en objetivo militar al cual hay que neutralizar y aniquilar mediante la fuerza. Enemigo interno al cual se le asocia maniqueamente con el eje del mal, con quien atenta contra la Patria, con quien representa los intereses de otros países que conspiran contra la estabilidad de la revolución bolivariana; idea que cumple un rol indispensable para el régimen, pues le permite hacer aparecer justificable cualquier tipo de castigo por ilimitado y cruel que sea. Ello explica la represión brutal desplegada por los grupos paramilitares, cuerpos de seguridad del Estado y la Guardia Nacional durante los sucesos ocurridos en los meses de Febrero-Mayo de este año.

Sin lugar a dudas, el cambio militar más importante ocurrido en el contexto de la doctrina militar venezolana ha sido la sustitución del viejo esquema de la Fuerza Armada centrado en la defensa de la Patria ante una agresión externa, por el de la “defensa integral (cívico-militar)" del orden interno. Ha sido la transformación de la Fuerza Armada Nacional en un gigantesco aparato represivo, dispuesto a aniquilar al enemigo a fin de preservar el orden y la paz de la República.

El régimen totalitario de la dupla Maduro-Cabello ha profundizado la DSNB a fin de imponer una disciplina social que produzca ciudadanos sumisos, castrados y alienados al servicio del régimen. Apelan al chantaje, a la intimidación, a la criminalización de la protesta social, a la represión y muerte con el fin de provocar miedo como de forma de relación primordial de los ciudadanos con el Estado bolivariano. 

La DSNB, la militarización del país, la disciplina y control social constituyen parte del indeseable legado del fallecido iletrado de Sabaneta.

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