Sunday, July 12, 2015

Grecia: Cuando un NO, se transforma en SI


La crisis de la deuda soberana de Grecia tuvo su comienzo a finales del año 2008, fue una de las primeras crisis de la deuda soberana que afectó la eurozona. Luego de un primer y un segundo  “rescate” realizado por la “Troika” (Unión Europea, Banco Central Europeo y FMI), que se tradujeron en políticas de austeridad (reducción salarial y pensionados, despido de funcionarios y aumento de los impuestos), Grecia se ve inmersa en una nueva crisis que puede conducir al colapso de su economía. Crisis que tiene potencialmente repercusiones económicas y geopolíticas que trascienden más allá de sus fronteras. En lo económico podría afectar la estabilidad de las economías de otros países de la Eurozona, e indirectamente la salud financiera de los EEUU. En lo geopolítico su salida de la Eurozona podría fortalecer la posición de Rusia que siempre ha considerado los Balcanes como un objetivo natural.

De acuerdo a los entendidos la deuda griega representa aproximadamente el 179% del PIB. Desde el estallido de la crisis en el 2008 y tras los dos mal llamados “rescates” de la Troika, el monto de la deuda externa se incrementó en un 67% del PIB (de un 112% saltó a un 179% del PIB). Deuda externa que al igual que en muchos países, incluyendo Venezuela, es impagable, ilegal, e ilegítima. Estos programas de ajustes y de insaciables exigencias de austeridad impuestos por la Troika debilitaron considerablemente a la economía griega y desmejoraron la calidad de vida del pueblo griego. Por ejemplo, el PIB decreció en un 25%, la exclusión social alcanzó el 35%, el desempleo se elevó a un 27%, y se incrementaron los impuestos regresivos como el IVA.

El recién electo Primer Ministro, Alexis Tsipras de la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza) (25/01/2015), ofertó demagógicamente durante su campaña electoral poner fin al círculo vicioso de la austeridad, que había empobrecido al pueblo griego en estos últimos años. Llegó a plantear irresponsablemente una fantasiosa condonación de la mayor parte de la abultada deuda griega (equivalente al 179% de su PIB) por parte de sus socios de la Eurozona. Como buen populista logró conquistar emocionalmente a las grandes mayorías del país helénico que lo llevaron a convertirse en el primer ministro de Grecia.

En medio de esta nueva crisis Tsipras y su partido Syriza abandonaron la mesa de negociaciones cuando todo parecía indicar un posible entendimiento con la Troika y convocaron sorpresivamente a un referéndum, donde el pueblo griego decidiría entre: la dignidad nacional (NO a las recetas de la Troika) o el sometimiento (SI a las recomendaciones de la Troika). Resulta por demás contradictorio e inexplicable cuando se había llegado tan lejos en una negociación y se estaba tan cerca de un acuerdo, romper el mismo, a no ser, que se estuviese utilizando la crisis  de la deuda como pretexto para alcanzar objetivos meramente políticos.

Tsipras y su partido convocaron demagógicamente al referéndum apelando a las emociones, al sentimiento nacional, a sabiendas de que no había otra opción que aceptar la propuesta del Eurogrupo. Tsipras recurrió hábilmente al referéndum, no para decidir entre la dignidad o el sometimiento como engañosamente se planteó, sino para lograr un objetivo político, transformarse en el líder indiscutible del pueblo griego y lograr el consenso de las principales organizaciones políticas griegas en torno a su persona. Objetivo que logró exitosamente dada la holgada victoria de NO el pasado 5 de Julio.

Ignorando los resultados del referéndum donde el pueblo griego dijo NO, Tsipras y su partido Syriza han formalizado la solicitud ante la “Troika” de un tercer programa de ayuda financiera, es decir un tercer rescate del mecanismo europeo (Mede). Tsipras ha transformado en un SI, el determinante NO del pasado referéndum. Ha traicionado a la mayoría del pueblo griego quien ilusionado en una “falaz solución” votó mayoritariamente en contra de las recetas de la Troika, al pago de la deuda externa, y los planes de ajuste socio-económicos que a la larga terminan empobreciendo aún más a los pueblos.

A pocas horas del triunfo del NO, el gobierno de Tsipras, no solo se ha olvidado de su promesa electoral   de exigir a sus socios de la Eurozona la condonación de la mayor parte de la deuda externa, sino que esta dispuesto a aceptar el programa que le imponga la Troika. Ya no se trata de pedir un préstamo como inicialmente había expresado, sino la aplicación de un programa de ayuda financiera que implica nuevas condiciones (entiéndase ajustes), así como de inspecciones periódicas por parte de la Troika para supervisar el desempeño de su gobierno en la ejecución del programa. Pero además, ha aceptado un incremento en el IVA, impuesto regresivo que afecta sin distingos a toda la población, una reducción en más del 40% de las pensiones y aplazar a futuro la restructuración directa de la deuda externa.

La dignidad del pueblo griego ha sido una vez más traicionada por Tsipras y su partido. El resultado del referéndum griego solo ha servido para consolidar la figura de este nuevo populista del siglo XXI.


Comentario final:  El ignorante enciclopédico de Maduro ha exhortado al gobierno de Tsipras a NO pagar la deuda externa (default), mientras que su régimen “paradójicamente” realiza millonarios pagos por dicho concepto al cartel de Wall Street. Más allá de la falaz retórica anti-neoliberal, el siniestro tartufo y su grupete han preferido cancelar sus compromisos con la banca internacional (deuda externa), a la cual critican e insultan, e imponer severas restricciones en la adquisición de divisas en lo doméstico, lo cual se ha traducido en una terrible escasez de insumos industriales, alimentos, medicinas, partes, etc.




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