El agotamiento del imaginario político latinoamericano ha dado lugar
al surgimiento de un perverso populismo como fenómeno político en nuestro
continente. El populismo Latinoamericano, en todas sus variantes, representa
una verdadera estafa político-social que recurre a una retórica demagógica y
falaz para perpetuarse en el poder.
La derrota del kirchnerismo en las pasadas elecciones del 22/11
marca el final del peronismo en la Casa Rosada tras doce años en el poder y el
inicio del ocaso del populismo en América Latina. Mauricio Macri candidato de
la coalición opositora -Cambiemos- se impuso en la segunda vuelta para la
elección presidencial.
El fracaso del conformismo kirchnerista simboliza la ruina de
sus políticas demagógicas orientadas a crear condiciones ficticias e
insostenibles de un aparente bienestar popular con el solo propósito de
garantizar el control del poder. Implica un golpe a la corrupción y a las
fortunas fáciles acumuladas por los amigos políticos de la Casa Rosada. Encarna
la derrota de la visión autoritaria y monárquica en el ejercicios del poder.
Demuestra la rebelión de una nueva mayoría en contra un sistema de poder que
lucia imbatible e institucionalizado.
Representa un quiebre en la base social y territorial del peronismo,
que perdió votos incluso en distritos que controló por décadas con amplia
hegemonía. Significa, un cese de la incondicionalidad y alcahuetería de la Casa
Rosada frente a las sistemáticas y grotescas violaciones de los derechos
humanos por parte de la logia fachobolivariana. Desnuda que el kirchnerismo
lejos de reducir la pobreza en Argentina, generó una mayor depauperización y
marginalidad social.
Hay que insistir que la derrota del conformismo kirchnerista no
significa un fracaso de la izquierda argentina como han aseverado en forma
reiterativa muchos opinadores de oficio; el kirchnerismo nunca simbolizó
y muchos menos representa una alternativa de izquierda a pesar de los
malabarismos ideológicos de algunos asalariados que absurdamente no cesan en
calificarlo como progresista y de izquierda. Prueba de ello es que la izquierda
Argentina agrupada en el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, llamó a
votar en blanco o nulo frente al escenario electoral de derecha del pasado 22
de Noviembre. Ello a pesar de las presiones ejercidas por los lumpenes de la
izquierda, incluyendo los voceros del fachochavismo quienes aspiraban que
endosaran la candidatura de Scioli. El Frente de Izquierda criticó y rechazó,
sin ambigüedades, los planes de derecha planteados por Macri o Scioli en
torno al manejo de los fondos buitre, el uso del ejército en tareas internas,
la amnistía de los militares incursos en violaciones de los derechos humanos,
la criminalización de la protesta social, el favorecer las inversiones de las
transnacionales, así como los planes de ajustes económicos con impronta
impopular y fondomonetarista.
El ajustado triunfo electoral de Macri (2.8 %), presagia un escenario
político nada cómodo para llevar a cabo sus planes de gobierno, ello lo
obligará a negociar con otros factores políticos en busca de su gobernabilidad.
Igualmente, se tropieza con una situación económica difícil: una economía
estancada, la cual tendrá un despreciable crecimiento (0,1%) en el 2015, y se pronostica un 0% para el 2016,
porcentajes que son menores en ambos casos al promedio de a región (0,5% este
año y de 1,9% el próximo). Además, una reducción significativa de la capacidad
adquisitiva de los argentinos dada a una inflación anualizada del 23-25%, lejos
del 15% proyectado por el Gobierno y que las jubilaciones y los planes sociales
fueron ajustados en menor proporción al incremento en el costo de la vida.
El descalabro populista argentino seguramente tendrá repercusiones
políticas en nuestro país. A los sectores de la disidencia política, les
Inyecta nuevas esperanzas frente al escenario del 6D y representa una clarinada
para la reflexión a los escépticos “radicales” que propician la abstención el
6D. Para el fachochavismo, la derrota del proyecto K representa una realidad
angustiosa e indeseable sobre la factibilidad de su pronosticada derrota el
próximo 6D.
En un intento por argentinizar la
campaña electoral en nuestro país, el iletrado enciclopédico de Maduro ha
declarado que ante una posible derrota parlamentaria “no entregará la
Revolución”, o que el chavismo debe ganar los comicios parlamentarios del
próximo 6D “como sea”. Es una vulgar copia del libreto kirchnerista y su
escenario dantesco y violento ante su derrota. Constituyen manotazos de ahogado
o bravuconadas
autistas del inquilino de Miraflores destinado
a estimular el escepticismo, la abstención, y el miedo en las filas opositoras.
Al igual que en la Argentina el guión apocalíptico fachochavista también
fracasará.
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