Desde su
llegada al poder la revolución bolivariana de pacotilla se ha empeñado no tan
solo en la salvación del planeta (Plan de la Patria), sino en la creación de un
“supuesto hombre nuevo” orientado a la superación de la ética del capital y a
la configuración de una nueva moral colectiva.
La creación
del hombre nuevo bolivariano se ha fundamentado en la glorificación del crimen,
de la corrupción, del servilismo, de la genuflexión, del narcotráfico y fanatismo
militarista. Ese es el hombre nuevo, el eunuco, acrítico y forajido que conceptualizó
e impulso su desarrollo el insepulto tte coronel y que ha continuado el iletrado
enciclopédico de Maduro.
Exponentes del
hombre nuevo -con boina y franela roja- lo encontramos desempeñando altos
cargos ministeriales, en la Fuerza Armada Nacional, en el poder legislativo y
judicial, en la nomenclatura bolivariana, dirigiendo al movimiento laboral y a
los sindicatos, formando parte del círculo intimo familiar de la pareja monárquica
que desgobierna al país. Constituyen la columna vertebral del estiércol del
facho-narco-chavismo .
Es un secreto
a voces como decenas de funcionarios del régimen, del PSUV o familiares de la
elite bolivariana se han visto envueltos en asesinatos, casos de corrupción,
blanqueo de capitales, así como de narcotráfico. Basta con recordar a los pistoleros
y asesinos de Puente Llaguno, elevados posteriormente a la categoría de héroes
de la revolución por el propio tte coronel, igualmente las acciones criminales de
los paralumpen bolivarianos (colectivos armados) durante las protestas
estudiantiles del año 2014, los cuales fueron glorificados por la sinvergüenza
de Iris Varela al considerar a dichos colectivos como el "pilar
fundamental para la defensa de la patria". Igualmente, el caso de Yorman
Pedro Márquez Rodríguez -conocido como Gordo Bayón-, “abnegado y revolucionario
sindicalista”, quien había participado en un homicidio en el año 2012 y en varios
atracos en el estado Bolívar, además había sido detenido en distintas ocasiones
por portar armas ilegalmente, y sin embargo, estaba libre y además participaba
en las discusiones sindicales que se realizaban en el Palacio de Miraflores. Otro
buen ejemplo de la nueva ética del nuevo hombre bolivariano fue el caso de Carlos
Eduardo Trejo Mosquera y José Rafael Pérez Venta patriotas cooperantes (sapos bolivarianos)
involucrados en el asesinato y descuartizamiento de Liana Aixa Hergueta y cuyos
testimonios fueron utilizados para imputar a Araminta González por complicidad
en un supuesto plan desestabilizador para elaborar explosivos.
Una muestra
más de la “ética bolivariana” ha sido el escándalo de los miles de millones de
dólares que se lavaron en la Banca Privada de Andorra (BPA) y que al final dejó
al descubierto los nombres de dos asesores del exministro de Economía y
Finanzas, Nelson Merentes (actual presidente del Banco Central de Venezuela):
Tulio Antonio Hernández Fernández (con antecedentes por tráfico de heroína) y
Gabriel Ignacio Gil Yánez (quien estuvo preso por intento de robo de aeronave) ambos
portadores de pasaportes diplomáticos, credencial que usaron para legitimar capitales
de dudosa procedencia, de acuerdo con documentos oficiales de la Policía de
Andorra.
Otra ejemplo
de la nueva “ética fachobolivariana” ha sido la asociación de Miriam Morandy
(comadre de la primera combatiente), magistrada de la Sala Penal del Tribunal
Supremo de Justicia con el narcotraficante Richard José Cammarano Jaimes,
solicitado por dos tribunales de Caracas por el delito de tráfico internacional
de drogas. Otra prueba de la configuración de una nueva moral colectiva
bolivariana ha sido la detención por cargos de narcotráfico del general Hugo
“El Pollo” Carvajal, y hoy candidato a la Asamblea Nacional del PSUV por el
estado Monagas y las acusaciones contra Diosdado Cabello, el general Néstor
Reverol jefe de la Guardia Nacional, el general Luis Motta Domínguez ministro
de Energía Eléctrica y al gobernador de Aragua y exministro de Interior y
Justicia, Tareck El Aissami de estar igualmente involucrados en el trafico de
drogas.
Más
recientemente hemos visto el caso de los narcosobrinos de la primera
combatiente Franqui Francisco Flores de Freitas y Efraín Antonio Campo
Flores detenidos y acusados por supuestos delitos de narcotráfico, ante lo cual
el régimen ha guardado un mutis total y los cínicos defensores del Estado
forajido bolivariano han recurrido al exabrupto de negar el parentesco con la
primera combatiente (Tania Díaz), de calificarlo como de secuestro en contra de
dos indefensos ciudadanos (Cabello), o de infamia contra la pareja presidencial
(Mario Cloaca Silva).
El hombre
nuevo de la “robolución” dista mucho de los ideales románticos y utópicos de
los grandes pensadores revolucionarios del siglo pasado, lo que han creado es
un sujeto delincuencial lleno de odio y violencia, servil y sumiso, corrupto y
mafioso, legitimador de capitales y narcotraficante
Nota final: al
momento de redactar esta nota, me entero de que las hordas fachochavistas volvieron
a actuar, esta vez atacaron a una caravana de la disidencia política en el
barrio José Félix Rivas, Petare. Sus integrantes, genuinos hombres nuevos
bolivarianos y por ende hijos del finado tte coronel hicieron suya la vieja sentencia
acuñada por el insepulto de Sabaneta: “Los vamos a demoler, los vamos a volver
polvo cósmico” (Chávez dixit).
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