El ascenso al poder de la barbarie bolivariana
oxigenó el militarismo autoritario, antidemocrático y parafascista en nuestro
país. La deformación y mistificación de la historia por parte del difunto tte
coronel y la proliferación de leyendas militaristas orquestadas por su proyecto
permitió profundizar la peste del militarismo la cual nos persigue desde los
inicios mismos de la República.
Con el socialfascismo bolivariano como
proyecto gobernante se dio inicio a la ejecución de la Doctrina Militar
Bolivariana, es decir a la instauración de un Estado totalitario y represor, a la
fusión del partido de gobierno-Estado-Fuerza Armada Nacional (FAN), el rechazo
al pensar distinto al proyecto oficial y a la militarización de la sociedad. Mediante
este nuevo andamiaje pretoriano el socialfascismo transformó a la FAN en una
estructura fundamental de poder al servicio del comandante analfabeta e
insepulto.
La tradicional doctrina militar venezolana dejó
de estar orientada por los principios de la Guerra de Tercera Generación ante
un escenario conflictivo, y fue sustituida por la Doctrina Militar Bolivariana,
batiburrillo facho-militarista donde se combinan aspectos de la Doctrina de la “Seguridad
Nacional” de impronta asesina y represiva, y de la guerra asimétrica basada en
la participación popular en la defensa nacional (creación de las milicias y
grupos paramilitares).
La doctrina de la “Seguridad Nacional” sirvió
de referente teórico, de pretexto político y de arsenal ideológico a los
regímenes militares del Cono Sur, a fin de liquidar al llamado "enemigo
interno". La Doctrina de la Seguridad Nacional fue la sistematización del
nuevo rol de las fuerzas armadas en Latinoamérica. Se modificaba su misión de
garantizar la defensa del territorio nacional, para dedicarse con exclusividad
a garantizar el orden interno. La aplicación de esta doctrina implicó el
control militar del Estado, la militarización de la seguridad pública y de la
sociedad. Ha representado el posicionamiento del componente militar en el epicentro
de la sociedad, el etiquetamiento de las luchas sociales como manifestaciones
subversivas, así como el tutelaje por parte del estamento militar de toda lucha
reivindicativa.
El pretorianismo bolivariano conceptualiza a
la FAN como el brazo armado del partido gobernante (PSUV) a fin de garantizar
su hegemonía y su continuidad en el poder mediante el uso de las armas. Estamos
ante el surgimiento de una “Fuerza Armada del partido” que obviamente no responde
a los intereses de los venezolanos, sino del PSUV como lo ha declarado con
desfachatez Padrino López. Se reeditan las dolorosas experiencia nazi-fascistas
del siglo XX y los autoritarismos burocratizados del siglo XX y XXI.
Las declaraciones de Padrino López luego de la
“memoria y cuento“ del monárquico Maduro ante la Asamblea Nacional, representan
una franca violación de los artículos 328, 329 y 330 de la Constitución
Nacional, e igualmente encarnan la visión gorilesca de la derecha reaccionaria
en el poder que elude con astucia las definiciones ideológicas, y que limita su
discurso a la repetición de citas célebres del Padre de la Patria, incorporadas
en rápidos collages en función de las nuevas circunstancias políticas (@vladimirpadrino).
De las inconexas y cínicas afirmaciones de
Padrino López se concluye: que ellos, como integrantes de la falange bolivariana
son los depositarios del pensamiento del Libertador, de la representación
popular y garantes y salvadores de la soberanía nacional. A fin de cumplir con
esta “noble misión histórica” apelan a la tesis del “amigo-enemigo” del nazista
Carl Schmitt, para crear el concepto del "enemigo interno", entiéndase
el adversario político al cual hay que eliminar como lo han hecho en estos
últimos años. Son unas FAN comprometidas con el ejercicio arbitrario del poder
no sujeto ni siquiera a la Constitución Bolivariana de 1999, unas FAN al
servicio del socialfascismo y no de los venezolanos.
Como no cuestionar a la FAN de Padrino López cuando
de su seno han salido ministros, viceministros, presidentes de instituciones
del Estado, etc., (militarización de la sociedad), quienes no tan solo han
cumplido con la función administrativa asignada, sino que se han convertido en
defensores del régimen, llegando en muchos casos al uso de un lenguaje
insultante contra la disidencia política propio del lumpanato bolivariano.
Es conveniente recordar que Bolívar fue tanto
en su pensamiento como en su acción, profundamente antimilitarista. Basta
recordar su famosa frase: "Es insoportable el espíritu militar en el mando
civil", y sus palabras ante la asamblea celebrada en Caracas el 2 de enero
de 1814: "Compatriotas: yo no he venido a oprimiros con mis armas
vencedoras; he venido a traeros el imperio de las leyes. No es el despotismo
militar el que puede hacer la felicidad de un pueblo”
El pretorianismo bolivariano representa la
manera abusiva y desmedida de ejercer el poder en función de una corrupta,
demagógica, fanatizada y narcocomplaciente logia cívicomilitar. Padrino López y
el gorilato bolivariano pretenden ejercer el poder no con el favor de los votos
pueblo, sino con la fuerza letal de las armas.
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