Luego de darse la primera cita del diálogo auspiciado
por el régimen con la venia de la Santa Sede y de la Casa Blanca han surgido
más preguntas que respuestas, así como una mayor incertidumbre en cuanto a una
posible solución de la crisis política a corto plazo. Pareciera que la
dirigencia política de la MUD se ha entrampado en un diálogo estéril que ha
sido impuesto y manipulado por el régimen a su conveniencia.
Comencemos por señalar que fue irritante el lenguaje
gobiernero que privó en la redacción del documento leído al finalizar el
encuentro. La ausencia de un estilo equilibrado, objetivo y ponderado fue
evidente. Igualmente, fue inaceptable que la MUD haya subscrito los
considerandos presentes en el Decreto de Estado de Excepción y Emergencia
Económica (sabotaje, boicot o agresión a la economía), con lo cual eximió de
responsabilidades al propio régimen.
Además, el documento legitima la actuación del Tribunal
Supremo de Justicia (TSJ) al aceptar su dictamen de “desacato de la Asamblea
Nacional (AN)”. Es el mismo TSJ el cual ha sido cuestionado y desconocido por
la directiva de la AN. Su presidente Ramos Allup ha afirmado "Seguiremos
desacatando todas las decisiones anti-constitucionales del régimen, de la Sala
Inconstitucional y de la Sala Electoral del TSJ". Este inexplicable y
contradictorio reconocimiento del TSJ ha implicado la desincorporación (por
segunda vez) de los diputados por el Estado Amazonas y la posible realización
de nuevas elecciones. Se ha aceptado de hecho la tesis gobiernera del fraude
electoral sin que ello haya sido comprobado.
Inexplicablemente se incorporó en el documento el
tema de la Guayana Esequiba, inciso no prioritario coyunturalmente. Pero lamentablemente
se dejaron a un lado asuntos como el referéndum revocatorio (RR) y las
elecciones de gobernadores previstos para el 2016. La impresión es que no habrá
ni RR, ni regionales, ni nada en el 2016; el régimen sabe perfectamente que
perdió el respaldo de la mayoría del electorado y por ende evade toda consulta
electoral.
Es evidente que el fachochavismo se vale de
formalidades democráticas (diálogo) para ganar tiempo y maquillar su rostro
dictatorial. Logró trasladar la decisión anticonstitucional de suspender la
ruta electoral a la mesa de diálogo. El régimen está empeñado en dificultar e
imposibilitar cualquier evento electoral en el 2016, con la esperanza de lograr
condiciones electorales más beneficiosas en el 2017.
El iletrado Maduro con el monólogo del Gran Meliá se
ha maquillado de demócrata internacionalmente, pero tras bambalinas continua
con su estrategia de aniquilar a la AN e imponer su agenda dictatorial. Así lo
evidencian las recientes sentencias del bufete de Miraflores (entiéndase TSJ):
i) ordenando a los miembros de la AN “abstenerse de continuar el
inconstitucional, nulo e inexistente juicio político en contra del
Presidente” y ii) prohibiendo convocar y realizar actos que “alteren el orden
público, realizar instigaciones contra autoridades y Poderes Públicos, así como
otras actuaciones violatorias de los derechos constitucionales y del orden
jurídico en general”. El régimen y su banda de maleantes seguirán jugando al
diálogo, les conviene políticamente, pero simultáneamente consolidando su agenda
dictatorial: más control social (CLAP) y represión (GN y grupos paramilitares),
así como una mayor militarización de la sociedad (estado militarizado).
Por su parte la MUD equivocadamente abandonó la
lucha de masas y su agenda parlamentaria a cambio de nada. Perdió la iniciativa
política y luce sumida en su propio laberinto. Su estrategia se ha tornado
difusa, improvisada, llena de contradicciones y errores. El único logro tangible
del diálogo ha sido la liberación de Rosmit Mantilla. Lo demás son excusas retóricas,
elucubraciones o malabarismos de payasos de circo de pueblo. De persistir la
MUD en tan equivocado camino contribuirá a una mayor pérdida de la confianza, y
al debilitamiento y desmoralización del movimiento opositor.
Sin embargo, una cosa es criticar a la dirigencia
de la MUD y algo muy distinto es acusarlos de traidores, colaboracionistas o
vendidos. Ello es inaceptable. Las alternativas políticas no se construyen
sobre mentiras y mucho menos proponiendo aventuras fantasiosas basadas en falsas
creencia como que Maduro está caído y que una marcha a Miraflores o sin retorno
conducirá a su salida. Al margen de sus desaciertos y errores la MUD representa
hoy por hoy la única organización que puede derrotar electoralmente al régimen
como lo ha demostrado en el pasado.
No hay horizonte electoral y mucho menos solución a
la crisis política a corto plazo. La MUD debe reorganizar su capital político con
base una visión estratégica de mediano o largo plazo que le permita derrotar a
Maduro y su barbarie.
No comments:
Post a Comment