Friday, February 28, 2025

El Trumpismo: Posverdad, proteccionismo, xenofobia y oscurantismo

El fenómeno político de la posverdad adquirió relevancia durante el primer mandato presidencial de Mr. Trump y ha experimentado un renovado auge con su reciente regreso a la Casa Blanca. En el ámbito filosófico, la posverdad se conceptualiza como la alteración de la realidad para modificar actitudes y opiniones en el público general. En este contexto, la verdad se distorsiona, manipula o ignora en favor de narrativas que fortalecen prejuicios e intereses particulares.

En los primeros días de este segundo mandato, Trump ha impulsado y popularizado nuevamente el concepto de “posverdad” en la política e instituciones. Durante su primer periodo y campaña electoral, fue acusado de difundir información falsa y manipular hechos mediante afirmaciones no verificadas, lo que fomentó un clima de desinformación. Ejemplos incluyen su insistencia en teorías sin evidencia, como el supuesto fraude electoral masivo, o el uso de mensajes que apelan a emociones y prejuicios en lugar de datos comprobables. Ahora retoma esta estrategia al afirmar que la Unión Europea (UE) fue creada para generar inestabilidad económica y política en Estados Unidos, justificando así su política proteccionista, que aumentó en un 25 % los aranceles sobre importaciones europeas. Además, al transgredir el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC, 1/07/2020) y amparado en la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional, planea imponer nuevos aranceles del 25 % a productos importados de México y Canadá. Estas medidas, claramente proteccionistas y fundamentadas en premisas infundadas, han generado tensiones económicas globales y temores sobre el impacto negativo en el poder adquisitivo de los consumidores estadounidenses, debido al aumento de costos para las empresas que dependen de insumos extranjeros.

La retórica y las políticas de Trump han sido abiertamente xenófobas. Desde su primera campaña presidencial en 2016, vinculó problemas nacionales como la inseguridad y la economía con la presencia de inmigrantes, usando este enfoque como eje central de su estrategia política. Con su segundo mandato, su administración ha tomado decisiones que afectan a comunidades inmigrantes, como la propuesta de eliminar la ciudadanía por derecho de nacimiento, contraviniendo la Decimocuarta Enmienda, que garantiza la ciudadanía a toda persona “nacida en los Estados Unidos y sujeta a su jurisdicción”. Las deportaciones masivas, consideradas “las más grandes” en la historia del país, no solo se dirigen a inmigrantes indocumentados, sino también a personas protegidas por programas como DACA, TPS, DED y programas humanitarios implementados en la administración Biden. Trump ha invocado la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, vigente aún, para acelerar deportaciones al clasificar a ciertos grupos como amenazas a la seguridad nacional, evadiendo los trámites del debido proceso. Estamos ante una nueva forma de limpieza étnica, ejecutada por los seguidores del movimiento MAGA bajo el pretexto de la “seguridad nacional”. Además, la Secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, decretó la suspensión del programa TPS para ciudadanos venezolanos, cerca de 600,000 personas, argumentando que su permanencia temporal en EE.UU. “contraría el interés nacional”.

En poco tiempo, la administración Trump ha implementado políticas que ponen en riesgo la integridad de la investigación científica y la libertad académica. Ha promovido una narrativa anticientífica, propia de la posverdad que caracteriza su gestión. Su desprecio por el conocimiento especializado se refleja en el rechazo constante a la ciencia, la negación de consensos científicos y la difusión de información errónea, ejemplificado en el nombramiento de Robert F. Kennedy Jr. como secretario de Salud, a pesar de su historial antivacunas y de desinformación en salud pública. Además, ha amenazado con recortes financieros a proyectos de investigación que no se alineen con su ideología política. Esta manipulación de la agenda científica busca controlar el conocimiento desde el poder, debilitando la capacidad crítica de la sociedad.

La preeminencia de la posverdad, el proteccionismo, la xenofobia y el oscurantismo impulsados por Trump no son casuales; constituyen una estrategia meticulosamente diseñada para fortalecer su perverso proyecto político. Mediante la manipulación sistemática de la información, los actores en el poder han logrado que la falacia, la exclusión y la ignorancia no solo sean toleradas, sino pilares fundamentales de la gobernabilidad para los próximos cuatro años.

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